
Los psicofármacos deberían estar sólo indicados en casos muy precisos, diagnosticados y supervisados por profesionales idóneos que no se dediquen a repartir generosamente recetas de una forma continua. Así, se llega a la adicción, y nos encontramos con que el consumo de esa sustancia determinada se hace imprescindible. La dependencia psicológica es realmente difícil de superar en el proceso de deshabituación de una adicción. El compuesto del psicofármaco se incorpora en el individuo, el organismo se habitúa rápidamente a la presencia constante de esa sustancia de tal manera que necesita mantener un determinado nivel de la misma para seguir funcionando con normalidad. Los canales sinápticos se abren y “piden” un cierre de los mismos con las moléculas de esas sustancias. El consumo se convierte en una especie de ciclo cerrado muy difícil de detener.
Los psicofármacos no tienen la mala fama que puede tener el alcohol, la cocaína, el cannabis u otras drogas. Es por eso, que numerosas personas con problemas de dependencia no son conscientes de ello.
Existen muchos casos en los que la persona prefiere acceder al atajo que produce el medicamento antes que enfrentarse a los problemas con sus propios recursos personales y por lo tanto no aprenden a gestionar las maneras de evitar lo que no desean.
Es posible volver a vivir sin tomar psicofármacos siempre y cuando se lleve a cabo una etapa de deshabituación que provocará en el individuo el regreso a la situación inicial en la que no se necesitaba la sustancia.
Etiquetas: psicofarmacología, psicofármacos, sustancias, medicación, psicología, trastornos, deshabituación, drogas
Comentarios
Profesionales reconocidos de la Psico-Psiquiatría (de la Gándara y otros...) hacen ver que, a veces, debe usarse "un psicofármaco", no digo abusar, que es raro. Ya que la posible calidad de vida sería peor sin el psicofármaco que con él. Léase ""El sombrío pronóstico de las depresiones ligeras o light" estudio documentado por profesionales de psicología-psiquiatría-