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Imagen: "Madre e hija" Gustave Klimt |
Las investigaciones destacan las intervenciones
psicoterapéuticas como primera opción esencial de tratamiento ante los
trastornos afectivos postnatales.
Lejos
de ver cumplidas sus expectativas de felicidad, existen ocasiones en las que
una mujer experimenta sensaciones no esperadas después de tener un bebé. Estas
sensaciones conforman síntomas que merman el bienestar y el equilibrio de la
madre, viéndose afectada incluso la relación con el bebé y con la propia
familia.
Los
estudios indican que alrededor del 85% de las mujeres, presentan síntomas
aparentemente depresivos tras los primeros días del parto. Sin embargo, esto es
algo natural y bastante esperable debido a los cambios y fluctuaciones
hormonales producidas.
En
estos casos, los síntomas son de carácter leve y quedan reducidos en un corto
periodo de tiempo. Durante dos semanas aproximadamente, la mujer suele
experimentar llanto fácil, irritabilidad, insomnio, fatiga, tristeza,
nerviosismo, cambios en el apetito y falta de concentración o atención entre
otros. Este cuadro de disforia postparto o "Post partum
blues", es por lo tanto bastante común. Por lo general, una
psicoterapia breve, un buen acompañamiento de la familia y la vigilancia de la
evolución de los síntomas, serán los pasos a seguir en esta tipo de casos.
Aquí
radica la importancia de la información que tenga la mujer, quien no ha de ver
en estos síntomas algo extraño, sino más bien, algo añadido al proceso natural
del nacimiento. Las emociones de miedo e incertidumbre no empeorarán la
situación y se podrán tomar medidas ante cualquier síntoma que se salga de la
“levedad” de estos estados disfóricos.
En
otras ocasiones, estos síntomas se presentan de una forma más sólida,
repercutiendo en el bienestar de la madre y el bebé de una manera
significativamente más acusada. Su inicio puede tener lugar durante el
embarazo o los primeros meses después del parto. En este caso, las variables
biológicas tampoco explican la totalidad del trastorno, pudiendo
corresponder a una mezcla entre factores ambientales o psicosociales, y los
fisiológicos.
Factores
de predicción de depresión postparto.
Según
los diferentes estudios, existen factores de riesgo y predicción que pueden
explicar en parte, la aparición de este estado depresivo.
Dentro
de los predictores más importantes encontraríamos:
-
Antecedentes personales de Depresión.
-
Sintomatología depresiva o ansiosa durante el embarazo.
- Bajo nivel de apoyo familiar o social.
- Eventos estresantes previos al embarazo.
Con
un carácter menor:
-
Problemas de pareja
-
Estrés moderado
- Baja autoestima
- Disforia postparto
-
Dificultades socioeconómicas
-
Complicaciones obstetricias
- Embarazo no esperado
Estos
factores psicosociales se añaden a los cambios hormonales, generando una
sintomatología más grave e intensa.
Otras
perspectivas y estudios hacen referencia a la importancia de los ácidos
grasos esenciales denominados Omega – 3. Estos ácidos grasos son tan necesarios
para la constitución del equilibrio del cerebro, que el feto los absorbe a
través de la placenta. Las reservas de la madre, caen de una manera importante
durante los últimos meses de embarazo. Este desgaste de omega 3 influye también
en el proceso de la depresión postparto, puesto que este ácido graso
contribuye a la producción de serotonina en el cerebro.
Además,
la hormona progesterona, clave también en este trastorno, aumenta hasta
diez veces su niveles durante el embarazo, y tras el parto se produce también
una gran disminución, y con ella, una interrupción de la producción de
serotonina.
Pero
con independencia de los posibles predisponentes o de las variables hormonales
más significativas, existen ocasiones en las que una mujer no entiende qué le
sucede ni porqué.
Pueden
llegar a comprender diversos síntomas, pero por encima de todos ellos, destacan
el inesperado corte en la relación con su bebé.
La
incapacidad de empatizar o sentir el amor esperado suele desconcertar a la
madre, que en todo momento había imaginado algo completamente diferente. Este
hecho suele llenar de vergüenza y culpa a la mujer, precipitando aun más la
tristeza, la ansiedad y la angustia. Conocer la posibilidad de este hecho
implicará la búsqueda de un tratamiento psicoterapéutico y farmacológico para
abordar los síntomas de la Depresión Postparto. Poco a poco la mujer verá
atenuados sus síntomas y el amor madre-hijo/a adquirirá protagonismo, así como
el progresivo bienestar de la misma.
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